En el extremo noroeste de la provincia de Cáceres, entre montes cubiertos de castaños y olivares centenarios, existe un rincón donde el tiempo parece haberse detenido. Es la Sierra de Gata, una comarca donde la historia, la naturaleza y las tradiciones han tejido una identidad única. Pero entre todas las joyas que guarda esta tierra —sus pueblos de piedra, sus aceites premiados, su gastronomía y sus paisajes—, hay una que destaca por su valor inmaterial y humano: la lengua A Fala, el idioma propio de tres pueblos que han sabido conservarlo como un símbolo de orgullo y resistencia cultural.
🌿 Un idioma con alma serragatina
La Fala no es un dialecto del español ni una variante del portugués. Se habla exclusivamente en tres municipios de la Sierra de Gata:
Valverde del Fresno, donde se llama Valverdeiru,
Eljas, donde se conoce como Lagarteiru,
San Martín de Trevejo, donde recibe el nombre de Mañegu.
A pesar de sus pequeñas diferencias, los tres comparten una raíz común. Los lingüistas la describen como una “isla románica” que ha permanecido casi intacta en el tiempo, una reliquia viva de la evolución del galaico-portugués medieval.
🏡 Valverde del Fresno: corazón de A Fala
Valverde del Fresno es el pueblo más grande de los tres y el que más hablantes conserva. En sus calles todavía es habitual escuchar conversaciones cotidianas en Valverdeiru. “Bó día, cumu estás?” o “dondi vas?” son expresiones naturales que fluyen entre vecinos, en el mercado o en los cafés.
Desde A Velha Fábrica, el hotel rural situado a las afueras de Valverde, se puede vivir esta experiencia de forma auténtica. El propio entorno invita a la inmersión cultural: entre muros de piedra, olivos y jardines, el viajero se encuentra en el centro de una comunidad que aún conserva su lengua, sus canciones y su gastronomía tradicional.
En el restaurante de A Velha Fábrica —Restaurante Carlos Carrasco— es frecuente escuchar a los habitantes locales hablando en A Fala mientras disfrutan de platos elaborados con productos de la comarca, como el aceite Vieiru de la Almazara As Pontis o los quesos de cabra de los pueblos vecinos.
📜 Una lengua reconocida y protegida
El valor de A Fala fue reconocido oficialmente por la Junta de Extremadura en 1992 como Bien de Interés Cultural en la categoría de Patrimonio Inmaterial. Desde entonces, se han impulsado proyectos educativos y culturales para su conservación.
Las escuelas de la zona organizan actividades para que los niños aprendan y usen la lengua en su vida diaria. Existen asociaciones, como Fala i Cultura o A Nosa Fala, que trabajan en la recopilación de vocabulario, en la edición de cuentos y en la celebración de jornadas dedicadas a esta herencia lingüística.
En los últimos años, incluso la literatura y la música local han recuperado expresiones en A Fala, reivindicando su valor como seña de identidad y como elemento de unión entre los tres pueblos.
🧭 Una experiencia cultural para el visitante
Quien se aloja en A Velha Fábrica puede organizar una pequeña ruta temática para descubrir los pueblos de A Fala.
Primera parada: San Martín de Trevejo (a unos 25 minutos). Sus calles empedradas, sus balcones de madera y sus regatos de agua lo han convertido en uno de los pueblos más bonitos de España. Allí, los vecinos saludan con un “bó díi” y todavía se pueden escuchar las conversaciones en Mañegu.
Segunda parada: Eljas (a 15 minutos). Más pequeño, pero con una autenticidad impresionante. En sus tabernas, el Lagarteiru suena con fuerza entre risas y vinos de la zona.
Tercera parada: Valverde del Fresno, punto de partida y regreso. Aquí, en el corazón de la Sierra, se conserva la esencia de la lengua y la hospitalidad serragatina.
Cada parada es una oportunidad para aprender expresiones, disfrutar de la gastronomía local y entender cómo una lengua puede unir a toda una comarca.
🍷 Tradición, gastronomía y memoria
La lengua A Fala no se entiende sin su entorno: los olivares que producen el premiado aceite Vieiru en As Pontis, las recetas ancestrales que se sirven en el restaurante de A Velha Fábrica o los vinos que descansan en su bodega, cuidadosamente seleccionados por Carlos Carrasco.
Todo forma parte de una misma historia: la de una tierra que ha sabido mantener su autenticidad.
🌍 A Fala en el siglo XXI
Hoy, A Fala enfrenta los retos de la globalización. Muchos jóvenes emigran a las ciudades y el número de hablantes disminuye lentamente. Sin embargo, la conciencia de su valor cultural ha crecido más que nunca. El interés turístico y académico la ha puesto en el mapa internacional.
Viajeros de toda España llegan a Valverde del Fresno, San Martín de Trevejo o Eljas atraídos por esta singularidad lingüística, buscando un destino rural auténtico y diferente.
En A Velha Fábrica, esta conexión se celebra a diario: en el trato cercano, en los carteles bilingües, en las conversaciones con el personal o en las recomendaciones sobre qué visitar. El visitante no solo descansa; participa en una forma de vida.
🌞 Conclusión: una joya que debemos cuidar
La lengua A Fala es una herencia viva que convierte a la Sierra de Gata en un lugar único dentro de Extremadura y de toda España. No es solo una curiosidad lingüística, sino un símbolo de resistencia cultural, de orgullo y de amor por las raíces.
Quien llega a esta tierra —y se aloja en A Velha Fábrica, rodeado de naturaleza, historia y sabor— no solo descubre un idioma: descubre una forma de mirar el mundo con calma, autenticidad y respeto por lo propio.
